Integrar asignaturas en un ámbito STEAM: la propuesta valenciana

Hace ya años que oímos la expresión "tratamiento integrado de las lenguas". Se trataba de aunar esfuerzos de las diferentes asignaturas lingüísticas y sociales para impulsar un currículo coordinado en el que no hubiera solapamientos innecesarios. 

Por ejemplo, si en euskera se explicaban los adjetivos posesivos, en legua castellana y/o inglés se tendría en cuenta y se adaptaría la dinámica de la clase para profundizar, repasar, matizar... pero no repetir, sin más, lo que ya deberían de conocer alumnas y alumnos.

En principio, dada la naturaleza del conocimiento que se implicaba en dicha propuesta, su epistemología, parecía razonable que las lenguas que tratan con elementos "similares" tuvieran en cuenta sus prácticas para trabajar de forma coordinada. No parece que sea una cuestión que no hayan tenido en cuenta con anterioridad las personas diligentes que hayan ejercido la docencia a lo largo de la historia. Entra dentro de la lógica.

Pero... ¿se puede aplicar directamente dicha "filosofía" al otro gran ámbito del conocimiento el tradicionalmente conocido como científico-tecnológico en el que hoy en día se ha impuesto el anglicismo STEAM? La respuesta no es fácil y las personas de nuestro entorno con conocimientos matemáticos, científicos, tecnológicos consolidados y con experiencia en la docencia tienen serias dudas al respecto. No porque no fuera interesante, en la medida de lo posible, trabajar desde las diferentes asignaturas de forma coordinada sino por la posibilidad efectiva de encontrar aspectos de las diferentes materias que se repitan tan directamente.

En cambio, personas con importantes responsabilidades en la gestión educativa, y con evidentes carencias en ciencias, se muestran encantadas con el termino "STEAM" y animadas a impulsar su extensión y generalización mediante el impulso de diferentes proyectos, que se superponen al currículo sin sustituirlo y abarcando a grupos poco numerosos de alumnos, y que muchas veces acaban apareciendo en los medios de comunicación tradicionales con descripciones exitosas.

Pero, en ese sentido y por simplificar, nos parece claro que el concepto de fracción, la práctica de las operaciones entre fracciones, su clasificación, su representación, sus relaciones con la geometría y el cálculo, su participación en las expresiones algebraicas... son temas específicos de la asignatura de Matemáticas (aunque, efectivamente, a posteriori se puedan utilizar en todos los demás ámbitos de la realidad).

Parece ser que en algunas comunidades autónomas, especialmente en la valenciana, ya ha comenzado a extenderse este "tratamiento integrado de las ciencias" y el debate al respecto está subiendo de tono en las redes sociales y en los grupos de profesores.

En este sentido, hemos leído un artículo interesante en la Red Iberoamericana de docentes de Juan Quílez Pardo titulado "La imposición de integrar asignaturas en ámbitos" en el que se describen las dificultades para llevar adelante con éxito y equidad dicha propuesta. De allí extraemos este párrafo:

Existen muchos estudios rigurosos que señalan las carencias teóricas y las deficiencias metodológicas del trabajo por ámbitos, así como la ausencia de unas pruebas empíricas que apoyen su pretendida eficacia educativa. En primer lugar, resulta muy discutible que se pueda realizar efectivamente esa unificación de asignaturas, que supere lo puramente anecdótico. Las materias a integrar poseen una estructura conceptual que condiciona su desarrollo y, en consecuencia, su aprendizaje, lo que dificulta la existencia de planteamientos teóricos bien fundamentados de fusión de materias distintas que permitan llevarse a la práctica con garantía de que propicien aprendizajes auténticos. Cada una de las distintas disciplinas posee conceptos estructurantes específicamente jerarquizados que requieren presentaciones y procesos de construcción singulares, que se difuminan con esta nueva forma de trabajo. Como resultado, esa mezcla de materias provoca una devaluación relevante de la enseñanza de las ciencias, las matemáticas, las lenguas y las ciencias sociales. La pérdida de organización disciplinar, así como la selección casual de contenidos asociada, producen aprendizajes dispersos, inconexos y carentes de significado, con la generación de lagunas conceptuales y procedimentales, difíciles de cubrir en los siguientes cursos. Con ello se dificulta que el alumnado pueda construir el conjunto ordenado y relacionado de los distintos conocimientos que componen cada una de las materias. Pretender que además adquiera una visión holística entre todos los contenidos de las distintas áreas del ámbito, se presenta como una ilusión extremadamente utópica.

Un planteamiento y debate que recién ha comenzado pero que durará, sin duda,  y parece que se afianzará, estemos o no de acuerdo los profesionales del ámbito. Ya veremos.

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